lunes, 7 de junio de 2010

Evolución de la radio en Argentina

introducción:
La radiodifusión comenzó en la Argentina en agosto de 1920 en un círculo pequeño pero de tendencias expansivas.
La evolución de la radio argentina fue un primer período de formación de tendencias e ideas que aparecen ya bastante consolidadas en 1928 cuando el gobierno transfiere a Correos y Telégrafos la dependencia de la radiodifusión.
Todo el mundo recuerda que la primera radio - luego llamada LOR Radio Argentina - se oyó en agosto de 1920 con la difusión de “Parsifal” desde el teatro Coliseo, los radioaficionados elegantes fundaron en octubre de 1921 el Radio Club Argentino y en 1925 hay ya doce estaciones en la Capital y diez en el interior.

desarrollo:
La radiodifusión comenzó en la Argentina en agosto de 1920 en un círculo pequeño pero de tendencias expansivas.
La estructuración del “modelo” organizativo de nuestra radio coincide de la siguiente manera:
1.- con el ascenso de la influencia norteamericana en América Latina, donde busca desplazar la hegemonía europea (inglesa) debilitada por la guerra de 1914.
2.- con la mencionada formulación mundial de una ideología de la radio como medio.
3.- con el diseño de consecuentes modelos alternativos de control.
Considerando estos factores puede señalarse en la evolución de la radio argentina un primer período de formación de tendencias e ideas que aparecen ya bastante consolidadas en 1928 cuando el gobierno transfiere a Correos y Telégrafos la dependencia de la radiodifusión.
Se abre un segundo período de fuertes disensos en torno al estatuto jurídico de la radio que tomará finalmente un camino sin remisión a favor del sistema privado con financiación publicitaria al aprobar el Congreso la creación de la cadena R.A.D.E.S. en 1941.
Entre esa fecha (1941 y la de la primera Ley de Radiodifusión (1953) ocurrirán hechos capaces de hacer pensar en un camino distinto del ya decidido en los años 30.
La ley de 1953, finalmente formalizará el contradictorio “privatismo oficialista” que ha sido y es la esencia del régimen de medios electrónicos de la Argentina.
Nacimiento de la radio: entre Wagner y Contursi.
Todo el mundo recuerda que la primera radio - luego llamada LOR Radio Argentina - se oyó en agosto de 1920 con la difusión de “Parsifal” desde el teatro Coliseo.
Sólo en 1923 las emisiones provocaron oleadas perceptibles.
La radiodifusión era un hecho que se extendía en todos los niveles. Y eran radioaficionados los que instalaban transmisores.
Radioaficionados elegantes fundaron en octubre de 1921 el Radio Club Argentino.
Las potencialidades del nuevo medio eran sólo confusa y diferentemente recibidas, tampoco parecían bien delimitadas las intenciones de emitir y recibir, en última instancia ambas constituían una única aspiración para el radioaficionado.
En 1925 hay ya doce estaciones en la Capital y diez en el interior.
Gente de los grandes diarios se interesa en la radio y varios diarios del interior adquieren permisos para emitir como “broadcasters” , por ejemplo, “El Liberal” de Santiago del Estero.
Se generan así humildes “pools” de intereses afines: en la Capital, por ejemplo, Radio Cultura tiene una emisora, una revista y vende discos y receptores; Jaime Yankelevich llega al negocio de la radio desde el comercio de radio partes y receptores al comprar LOY, que luego será LR3.
El negocio de la venta de receptores alentaba el crecimiento de las emisoras en Estados Unidos a través de las corporaciones y en Argentina desde los abarrotes de material importado.
El disco entra en las emisoras desde el principio pero la crítica culta lo rechaza, se prestigiaban sólo con el concierto.
La tecnología sigue los pasos de los grandes fabricantes: primero serán los transmisores y receptores con “audiones” con un solo auricular; más tarde con lámparas que permitirán acoplar varios auriculares a la misma radio. Hacia fines de las década la potencia se medía en kilovatios. Como en los Estados Unidos las radios argentinas se desvinculan rápidamente del negocio de la venta de receptores para convertirse en un negocio per se, mediante su explotación como medio de publicida

cristian nahuel laise..

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